Reconozco que cuando decidí convertirme en Especialista en Gerencia de las Organizaciones recibí bastantes críticas, algunas destructivas, otras constructivas, la mayoría sin sentido. Pero por otro lado, obtuve el apoyo de seres especiales como los integrantes de Quironea, con quienes definitivamente tuve conexión inmediata.

Esta entrada va dedicada a todos aquellos que todavía no entienden por qué cualquiera puede especializarse en gerencia organizacional, independientemente de la carrera que hayas elegido, pues de alguna forma u otra, todos formamos parte de organizaciones ya sean prestadoras de servicios o de productos.
En cualquier nivel educativo nos enseñan que “todos formamos parte de un sistema.” Cuando hablamos de sistema nos referimos al conjunto de elementos que interactúan para llevar a cabo una serie de actividades con la finalidad de obtener un resultado común. Ahora bien, se dice que los sistemas pueden ser abiertos o cerrados dependiendo de su interrelación con el medio ambiente externo.
Una organización, definitivamente tambien es un sistema, porque está formada por dos o más personas que buscan el mismo objetivo o meta y que ejecutan actividades coordinadas para lograrlo. De igual forma pueden ser abiertos, cuando se conectan directamente con el medio ambiente en el que se desarrollan, o cerrados cuando no lo hacen.
Basados en este concepto es muy fácil determinar que cualquier grupo de individuos que comparten una misión, una visión y unos valores son considerados una organización. Repito, por muy pequeño que sea el equipo de trabajo, si cumple con estas características, es una organización.

A partir de ahora, los invito a cambiar su percepción del “consultorio” y a empezar a llamarle “la organización” porque a fin de cuentas, eso es, una organización que está integrada por un equipo de trabajo: secretarias, higienistas, asistentes, mensajeros, enfermeras, técnicos; y dirigida por un profesional: ustedes.
Sabiendo esto, es posible que empiecen a interesarse en las técnicas utilizadas por los grandes empresarios para alcanzar el éxito en sus organizaciones, todas ellas bastante accesibles por cierto.

¡Que el secreto sea revelado!
Todas las semanas me encargaré de acercarlos un poco mas a este mundo gerencial, progresivamente, como en las terapias.

¡Verán que se enamoran tanto o más que yo de el!
Hasta la próxima.
Cynthia Carmona.
Odontólogo.
Especialista en Gerencia de las Organizaciones.

Stephen Covey, inspiración para todos los consultores de Quironea, explica que los líderes altamente efectivos tienen 7 hábitos para llegar al éxito en la vida y en los negocios. Nada nuevo para aquellos apasionados por la gerencia, sin embargo, para nosotros los profesionales de la salud es un universo completamente desconocido.

Por eso, en esta oportunidad me gustaría hablar del tercer hábito descrito por Covey y conocido por muchos como “La Gerencia del Tiempo”. Este tema es bastante atractivo porque tiene la respuesta a: ¿Por qué 24 horas no son suficientes para hacer todo lo que tengo que hacer en el día?

Los invito a aprender a administrar algo más que sus finanzas, hoy voy a enseñarlos a administrar su tiempo porque el tiempo es lo más valioso que tenemos, el tiempo es irrecuperable y por eso debemos aprovecharlo al máximo.

Mientras termino de decir esa frase vienen a mi mente mis familiares, colegas y amigos cercanos diciendo: “Allá viene Cynthia con su agendita” pero ¡si señores! la mejor manera hacer todo lo que quieres que hacer sin olvidarte de un detalle y obtener éxito en cada actividad desempeñada es la planificación. Por eso, es necesario distribuir nuestro tiempo en base a prioridades.

Les propongo hacer un cuadro en el que identifiquen diariamente sus actividades. Entonces, van situarlas en 4 cuadrantes: actividades importantes, no importantes (vertical) urgentes, y no urgentes (horizontal).

Por ejemplo en un día cotidiano en el consultorio podríamos identificar cada una de ellas:

  • Actividad importante y urgente: Atender al paciente que está en la sala de espera.
  • Actividad importante no urgente: Mejorar la tecnología utilizada en el consultorio.
  • Actividad no importante y urgente: Atender el teléfono.
  • Actividad no importante no urgente: Reunión no planificada con la secretaria.

De esa forma aprendemos a identificar qué actividades son realmente importantes y nos enfocamos en ellas para obtener los resultados esperados en nuestras vidas.

Ahora ya saben lo que tengo en mi agendita…

Cynthia Carmona
Odontólogo
Especialista en Gerencia de las Organizaciones.

Como profesional del área de la salud confieso que mi formación académica nunca estuvo enfocada a la calidad del servicio, a pesar de que escogí una carrera que vista desde cualquier ángulo es sólo eso, un servicio.
Con seguridad habría arrugado la cara en el salón de clases a cualquiera que se le ocurriera pararse a hablar de esto pues, en la facultad, la lección giraba en torno a hacer tratamientos óptimos y dar de alta al paciente. Durante esos cinco años de preparación nunca escuché el término “calidad de servicio”, sin embargo, era inevitable que esta interrogante se desarrollara en una joven mente: "Si todos aprendimos esa lección y todos brindamos el mismo servicio ¿qué nos hace diferentes?”
La preparación académica, la experiencia laboral y el crecimiento profesional me ayudaron a responder esta pregunta unos años después: “La calidad”.

El término calidad ha sido definido por muchos autores, pero a mi me gusta identificarla como el grado de satisfacción que tienen los pacientes sobre nuestro servicio. ¿Fácil verdad? Entonces pensé: "Lo difícil debe ser encontrar el secreto para alcanzar los más altos estándares."
Descubrir que la clave para encontrar el secreto está y siempre estuvo a disposición de todos es aún mas impactante pues consiste en: observar y escuchar.

Si en algo estamos de acuerdo mis compañeros de Quironea y yo es que para alcanzar la calidad primero es necesario definir ¿qué es calidad para ti?
Cada cabeza es un mundo, lo importante es identificar y reconocer qué significa este término para ti y para tu paciente pues reconociendo su necesidad, tendrás las puertas abiertas para crear mil opciones a fin de satisfacerlas.
La observación es la entrada al diagnóstico del paciente, siempre lo fue, sin embargo es necesario ir más allá: ¿Quién eres? ¿Qué te trae a consulta? ¿Qué esperas? ¿Qué te gusta? Conocer al paciente y evaluar su conducta antes de iniciar el tratamiento te da la oportunidad de adaptarte a sus necesidades y de esa forma garantizar altos niveles de calidad en el servicio.

Para algunos pacientes calidad es la empatía que tienen con el profesional, para otros, es obtener un buen tratamiento, algunos sólo buscan “salir rápido de eso”, otros se fijan hasta en el más mínimo detalle del consultorio: la decoración, la recepcionista, el fondo musical y la tecnología utilizada.

La identificación de estas necesidades es vital para el éxito del tratamiento del paciente y para tu éxito como profesional, por eso recomiendo que durante la primera consulta minimicemos los tiempos de espera en la recepción y planifiquemos la jornada de trabajo conociendo la importancia de diagnosticar las necesidades y expectativas del paciente una vez que ha iniciado la consulta.

Permitámonos obtener la mayor información posible para lograr adaptarnos y así alcanzar altos niveles de calidad en el servicio de salud, convirtámonos en el profesional que ese paciente había esperado siempre. Con seguridad, los resultados serán excelentes!

Cynthia C. Carmona M.
Odontólogo
Especialista en Gerencia de las Organizaciones.

Terapia Gerencial

Conceptos gerenciales actuales dirigidos a profesionales del área de la salud que ayudarán a mejorar notablemente la calidad de sus servicios.

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